sábado, 14 de septiembre de 2013



LA  CRISIS DE LA COMUNICACIÓN DE SU IDENTIDAD Y SUS TENDENCIAS
 (Apuntes para un análisis metodológico)
 Por Ronald Carrasco Jaldín
Dentro de toda la problemática de la estructuración de una disciplina científica de comunicación se plantea el problema de la comunicación general como  un problema de primerísima importancia. Es evidente que nos encontramos en una encrucijada en lo que se refiere al desarrollo de la investigación de lo que se considera los hechos de la comunicación así como a la acumulación de material en relación con la sistematización de los conocimientos y la formación de principios y leyes que permitan  dar fisonomía y distinguir científicamente los alcances y limites de nuestra disciplina.

Para emprender esta tarea hay que trazarse una senda, fijar una guía. Esto es lo que está ausente en toda la infinidad de tratados, estudios, libros de texto etc.

De esta crisis metodológica[1], de la evidente necesidad de dirección  que muestran una serie actividades o particulares en un determinado nivel de conocimientos en el campo que nos compete; de la necesidad de coordinar críticamente datos heterogéneos, de sistematizar, regularidades y leyes dispersas, de interpretar y comprobar los resultados, de depurar métodos, conceptos y categorías, de establecer principios fundamentales; a objeto, de darle coherencia al conocimiento de nuestra disciplina, y de todo eso es de donde surgirá la ciencia general o en su defecto se ubicará en los límites de una ya existente.[2]
 “Ciertamente la comunicación tiene que ver con una diversidad de actividades propias de otras disciplinas de la ciencia con las que se interrelaciona de manera insoslayable por ejemplo, con la ciencia de la información, la psicología, la lingüística etc.,  y a su vez, todas estas disciplinas también tienen que ver con la comunicación, pero a partir de constatar estas relaciones (que no hacen más que confirmar  el principio filosófico de la unidad material del mundo), no  se infiere que estas disciplinas no hayan podido definir su campo de estudio y desarrollarse como ciencias  en el campo de la realidad que les compete, teniendo como eje una ciencia general y su filosofía. La Comunicación, no ha definido su ciencia general, o que más bien, tiene que establecerla y desarrollarla;  esta es una tarea pendiente que tiene la Comunicación como ciencia en construcción”[3].

Unos conceptos de la comunicación (sabemos que todo concepto resume teoría), consideran la transmisión lineal de mensajes, asumen la codificación y decodificación de los mensajes  que realizan los emisores y perceptores (en ellos propiamente receptores), se preocupan por saber, cómo  los sujetos de la comunicación , usan determinados canales y medios para comunicarse, copiando la parte de los procesos formales de la tecnología de transmisión de señales, concibe luego a la comunicación como un proceso destinado a influir en el comportamiento y el estado mental de las personas.
Otros conceptos de la denomina escuela semiótica[4], asume la comunicación incidiendo en el análisis de cómo los  mensajes interactúan con las personas para producir sentido. Se preocupa por la producción de los mensajes en  la cultura; Con serias limitaciones en la comprensión de lo que es, una formación social históricamente determinada y de lo que es su producto cultural.   Está muy ligada a la semiótica o a la semiología, se preocupa por la significación y considera que los mal entendidos o fallas (fundamentalmente semánticas y de carácter lingüístico) en la comunicación se deben a diferencias básicamente  culturales. ¿Y quién dice cómo va a resolver ese debate la comunicación general futura?

A parte de estas dos alternativas que responden a criterios en parte empíricos y en parte conceptuales, hay otros sistemas que se basan en o forman parte de las anteriores  a las que se ha incorporado elementos de psicología con los que desarrollan todo un referente comunicacional partiendo del concepto de reflejo condicionado, otros han innovado esta orientación añadiéndole elementos de la sociología funcionalista (en unos casos). En otros casos que pretenden diferenciarse de la anterior, han incorporado como elemento constitutivo de la comunicación elementos del psicoanálisis y elementos del marxismo, es lo que se ha denominado la “escuela crítica”.  Ese es por ejemplo el punto de vista de los que consideran arbitrariamente a la corriente sociológica de Frankfurt la “Escuela crítica de la comunicación”. De hecho, las fuentes de donde extraen las categorías principales para analizar y explicar  la comunicación social  y a las que recurren para comprobar sus resultados. Los modelos que les sirven para perfeccionar sus métodos. Parecen ser que en todos los casos, la sociología y la psicología, incluso en las dos alas de la comunicación denominadas la de los procesos y la semiótica




[1] Estamos planteando el problema de la ciencia general como un problema fundamentalmente metodológico.
[2] La ciencia general viene a cumplir inconfundiblemente e indudablemente, la guía que permite –a cualquier ciencia específica que se vaya a estructurar–, dotarse de ese eje fundamental  que le otorgue coherencia de sistema en toda la acumulación de conocimientos que haya logrado, por eso, es necesario estructurarla y definir su alcance.

[3] Carrasco, Ronald. El análisis y comprensión de los mensajes desde una visión histórico cultural. (inédito)
[4] Es de advertir que la propia terminología  en la comunicación no está plenamente  consolidada; términos polisémicos, ambiguos, indefinidos, son los que  encontramos de manera recurrente en los teóricos de la comunicación, por ejemplo, “por el momento, semiología, semiótica o simplemente ciencias de la comunicación  pueden ser consideradas expresiones equivalentes” Eliseo Verón, Lenguaje y comunicación social,  1971 p.18